miércoles, 8 de noviembre de 2017

GLOBALIZACIÓN, MEDIOS Y CULTURA


RESUMEN:
Una nueva era nos engloba, y ésta es en definitiva la era del acceso junto a las nuevas tecnologías de información y comunicación que trae consigo la globalización. El constante cambio en que vivimos,  hace una invitación a todos los profesionales de la comunicación a inmiscuirse y conocer de estas nuevas alternativas ya que de estos procesos se crean espacios estratégicos para la emergencia de sujetos sociales e identidades culturales nuevas, esto implica también pasar de una diversidad cultural a una comunicación entre culturas (interculturalidad). Este artículo presenta como los medios son y cómo deben funcionar para contribuir al desarrollo de los ciudadanos en nuestro país conociendo esencialmente su cultura.

PALABRAS CLAVE: comunicación, cultura, desarrollo, medios, interculturalidad, globalización, concentración de medios.

Hoy por hoy, globalización significa depender unos de otros, y esta red de interdependencias requiere múltiples interacciones. “La interacción, una actitud que puede construirse colectiva o individualmente. Es ahí donde se instala lo intercultural”. (De Fontcuberta, 2011).
Fuente


La
interculturalidad se encuentra ligada a dos conceptos unidos indisolublemente: la identidad y la alteridad. No puede existir el uno sin el otro. La identidad expresa la pertenencia de una persona a una colectividad histórico-cultural común con toda la carga simbólica que ambos conceptos contienen. Esa colectividad puede coincidir con el espacio geográfico, pero también puede trascenderlo, incluso rebasar las fronteras de una región o un país.

Hasta hace poco, decir identidad era hablar de raíces, de raigambre, de territorio y de memoria. Pero hoy significa también hablar de redes, de flujos, de migraciones y movilidades. Para comprender la cuestión de identidad es importante percibir su carácter concéntrico. Es entonces conveniente tener en mente algunas de las fuentes que nutren el sentido de la identidad, tales como raza, sexo, edad, lenguaje, cultura, clase, profesión, prestigio o creencias religiosas y políticas. La persona puede sentir una afiliación a cada uno de estos grupos.

Por otra parte la alteridad implica tener conciencia de la existencia del otro y, sobre todo, conocerlo. Sabemos que esa construcción de las imágenes del otro hoy se realiza en gran medida a través de los medios de comunicación, a partir de la difusión de las distintas identidades culturales acerca de las que informan. Por ello deberían ser un espacio no solo de encuentro de dichas identidades sino de un proceso de reconocimiento que hiciese posible la interculturalidad. Es decir, un espacio donde las diferentes culturas pudiesen identificarse, reconocerse, aceptarse y establecer relaciones. Pero la realidad es diferente.

El proceso de globalización es un fenómeno social total que para existir debe localizarse y enraizarse en las prácticas  cotidianas de las personas, por ello tiene que estar ligada a la cultura  y esta es considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras,los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias" (UNESCO, 2002)


Nos guste o no, actualmente vivimos en un constante cambio social, político, económico, tecnológico, cultural, y por qué no decirlo comunicacional. Hoy en día las formas de interacción y mediación social a través de Internet llevan a considerar los conceptos de comunicación y de diversidad cultural e intercultural como oportunidad para transformar las practicas comunicativas ya que las plataformas digitales te abren escenarios y generan espacios  en el que puedes profundizar nuevas temáticas, crear estrategias de participación, establecer ciudadanías activas y,  más,  ya que el sistema te ofrece un carácter democrático y participativo (libertad de expresión).


 Ahora bien  los medios de comunicación y las tecnologías de información se convierten en productores y vehículos de la mundialización de imaginarios vinculados a músicas e imágenes que representan estilos y valores desterritorializados que favorecen de una u otra manera al bagaje cultural de cada individuo, y todo ello depende también del uso que se le da a la tecnología ya que la red está abarrotada de información positiva y negativa, y es aquí donde podemos hacer hincapié en la frase de que no todo lo abundante es sinónimo de calidad.
Y es que la globalización cultural parte desde los medios, porque queramos o no estos influyen en nuestra forma de vida, moldean nuestros gustos y tendencias, construyen las agendas de los temas que discutimos a diario y hasta han llegado a cambiar la forma de gobernar y hacer política. En este ámbito de la relación entre cultura y medios de comunicación, el lugar de la cultura en la sociedad cambia cuando la mediación tecnológica de la comunicación deja de ser instrumental para convertirse en estructural. En efecto, la tecnología se remitiría hoy no a la novedad de algunos aparatos, sino a nuevos modos de percepción, lenguaje y nuevas sensibilidades. Lo que realmente introduce la revolución tecnológica en la sociedad no es tanto una gran cantidad de nuevas maquinarias, sino nuevos modos de relación entre los procesos simbólicos que constituyen lo cultural, y las formas de su producción y distribución, y por lo tanto, la consecuente permeabilidad de las fronteras nacionales de la cultura. 

Todo lo que hemos leído hasta el momento puede sonar fantástico e idealista, ya que nuestra realidad, como lo mencioné en uno de los párrafos anteriores, es otra. Si bien es cierto la globalización, la cultura y la interculturalidad conforman un gran desafío para los medios, estos no están totalmente comprometidos con el rol que representan en la sociedad y el gran poder influyente que generan estos en el día a día de la población, puesto que la mayoría de ellos está ligado a poderes políticos que velan por sus intereses, o están confabulados en contra de los Gobiernos, se deslizan hacia la publicidad y en vez de cooperar en la búsqueda de soluciones ante los diferentes problemas que aquejan a nuestro país se ensañan en profundizar nuestras diferencias. De seguir esto así,  poco a poco el sentido de los medios de estar al servicio de la sociedad quedará nulo.

Es más  ahora con “las nuevas tecnologías electrónicas se facilita el intercambio de las distintas disciplinas y escuelas de pensamiento, pero cada vez más restringen a la gran masa de individuos que no tiene acceso a estos medios. Los grandes capitales multinacionales controlan el desarrollo y la difusión de las expresiones artísticas y culturales. Estos selectos grupos determinan la producción y la distribución de la información;deciden quienes son merecedores de alimentar su espíritu e intelecto y quiénes no”. (Volpe, 2004) La tecnología es una herramienta de gran utilidad pero lamentablemente no todos tienen acceso a ella, estamos en pro de la inclusión sin embargo, las élites selectas son los que tienen la oportunidad de tener este tipo de beneficios mientras que el pueblo queda aislado. Por otro lado cuan diferente sería si cada uno pudiera ser libre de decidir que parte de aquella gran masa heterogénea elegir sin restricciones, respetando de esta manera la igualdad de condiciones.

“Mientras más fuentes de información existen mayor es la capacidad de elección de los ciudadanos” (Alcalá, 2013, p. 65). Con lo anterior mencionado nos aproximamos a una definición que no está ajena a la realidad, estamos hablando de un escenario donde la pluralidad informativa no es un requisito, sino una consecuencia de entender que la diversidad de voces y puntos de vista es lo más óptimo en una sociedad moderna. Los medios son complejos, es cierto, y con esta nueva era existe el riesgo de una concentración cada vez mayor, ya que la globalización en redes podrá permitir la multiplicidad de frecuencias pero esto no garantiza diversidad. En países latinoamericanos la regulación es frágil,los Estados de por sí se han debilitado, y a ello se suma la gran inversión que se requiere para llegar a públicos masivos, lo que dificulta aún más contrarrestar esta concentración de poder mediático. Para que este tridente funcione correctamente: libertad de expresión, democracia y medios de comunicación, indudablemente hay mucho por hacer. 

CONCLUSIÓN:
Por todo lo expuesto, nosotros como comunicadores tenemos un gran reto en esta sociedad, ¿realmente seremos valientes para asumir esta gran responsabilidad? , no seamos más del montón, actuemos de una vez y que no solo quede en palabras, trabajemos promoviendo la cultura, desarrollando la educación, reconociendo nuestra identidad, defendiendo los derechos humanos, con igualdad, respeto, tolerancia, pluralismo, cooperación, corresponsabilidad social y atención a la diversidad, para contribuir con el desarrollo y la integración de nuestro país. Esta vez sí seamos el cambio que queremos ver en el mundo.  Lo que hace a un nuevo comunicador es precisamente esa mezcla, difícil de obtener en una sola persona, el conocimiento de los temas de desarrollo, la experiencia directa de trabajo en las comunidades, la sensibilidad para abordar la interculturalidad, y el conocimiento de los medios y la tecnología de la comunicación. Al equilibrar todos esos elementos, el nuevo comunicador puede concebir e implementar estrategias de comunicación para el cambio social.

VIDEO 1:






















AUDIO:



REFERENCIAS:

-Volpe, F. (2004). Comunicación y cultura en el siglo XXI o La era del acceso. Pensar Iberoamérica: Revista de Cultura. Recuperado de: http://red.pucp.edu.pe/ridei/libros/comunicacion-y-cultura-en-el-siglo-xxi-o-la-era-del-acceso/

-UNESCO. (2002) .Declaración Universal sobre Diversidad Cultural. Una visión, una plataforma conceptual, un semillero de ideas, un paradigma nuevo. Recuperado de: http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001271/127162s.pdf

-De Fontcuberta, M. (2011). Introducción Interculturalidad: el gran desafío de los medios. Recuperado de: http://www.cuadernos.info/index.php/CDI/article/viewFile/242/235



-Huamán, F. (2014).Debate sobre la concentración de medios en el Perú. Recuperado de: http://congreso.pucp.edu.pe/alaic2014/wp-content/uploads/2013/11/vGT18-Huaman-Becerra.pdf

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