Una nueva
era nos engloba, y ésta es en definitiva la era del acceso junto a las nuevas
tecnologías de información y comunicación que trae consigo la globalización. El
constante cambio en que vivimos, hace
una invitación a todos los profesionales de la comunicación a inmiscuirse y
conocer de estas nuevas alternativas ya que de estos procesos se crean espacios
estratégicos para la emergencia de sujetos sociales e identidades culturales
nuevas, esto implica también pasar de una diversidad cultural a una
comunicación entre culturas (interculturalidad). Este artículo presenta como
los medios son y cómo deben funcionar para contribuir al desarrollo de los
ciudadanos en nuestro país conociendo esencialmente su cultura.
PALABRAS CLAVE: comunicación,
cultura, desarrollo, medios, interculturalidad, globalización, concentración de
medios.
Hoy
por hoy, globalización significa depender unos de otros, y esta red de
interdependencias requiere múltiples interacciones. “La interacción, una actitud que puede construirse colectiva o individualmente. Es ahí donde se instala lo intercultural”. (De Fontcuberta, 2011).
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Fuente |
La interculturalidad se encuentra ligada a dos conceptos unidos indisolublemente: la identidad y la alteridad. No puede existir el uno sin el otro. La identidad expresa la pertenencia de una persona a una colectividad histórico-cultural común con toda la carga simbólica que ambos conceptos contienen. Esa colectividad puede coincidir con el espacio geográfico, pero también puede trascenderlo, incluso rebasar las fronteras de una región o un país.
Hasta hace
poco, decir identidad era hablar de raíces, de raigambre,
de territorio y de memoria. Pero hoy significa también hablar de redes, de
flujos, de migraciones y movilidades. Para comprender la cuestión de identidad
es importante percibir su carácter concéntrico. Es entonces conveniente tener
en mente algunas de las fuentes que nutren el sentido de la identidad, tales
como raza, sexo, edad, lenguaje, cultura, clase, profesión, prestigio o
creencias religiosas y políticas. La persona puede sentir una afiliación a cada
uno de estos grupos.
Por otra
parte la alteridad implica tener conciencia de la existencia del otro y, sobre
todo, conocerlo. Sabemos que esa construcción de las imágenes del otro hoy se
realiza en gran medida a través de los medios de comunicación, a partir de la
difusión de las distintas identidades culturales acerca de las que informan.
Por ello deberían ser un espacio no solo de encuentro de dichas identidades
sino de un proceso de reconocimiento que hiciese posible la interculturalidad.
Es decir, un espacio donde las diferentes culturas pudiesen identificarse,
reconocerse, aceptarse y establecer relaciones. Pero la realidad es diferente.
El proceso de globalización es un fenómeno
social total que para existir debe localizarse y enraizarse en las prácticas cotidianas de las personas, por ello tiene que estar ligada a la cultura y esta es considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras,los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias" (UNESCO, 2002)

Ahora bien los medios de comunicación y las tecnologías
de información se convierten en productores y vehículos de la mundialización de
imaginarios vinculados a músicas e imágenes que representan estilos y valores
desterritorializados que favorecen de una u otra manera al bagaje cultural de
cada individuo, y todo ello depende también del uso que se le da a la
tecnología ya que la red está abarrotada de información positiva y negativa, y
es aquí donde podemos hacer hincapié en la frase de que no todo lo abundante es
sinónimo de calidad.
Y es que la globalización cultural parte desde los medios, porque
queramos o no estos influyen en nuestra forma de vida, moldean nuestros gustos
y tendencias, construyen las agendas de los temas que discutimos a diario y
hasta han llegado a cambiar la forma de gobernar y hacer política. En este
ámbito de la relación entre cultura y medios de comunicación, el lugar de la cultura en la
sociedad cambia cuando la mediación tecnológica de la comunicación deja de ser
instrumental para convertirse en estructural. En efecto, la tecnología se
remitiría hoy no a la novedad de algunos aparatos, sino a nuevos modos de
percepción, lenguaje y nuevas sensibilidades. Lo que realmente introduce la
revolución tecnológica en la sociedad no es tanto una gran cantidad de nuevas
maquinarias, sino nuevos modos de relación entre los procesos simbólicos que
constituyen lo cultural, y las formas de su producción y distribución, y por lo
tanto, la consecuente permeabilidad de las fronteras nacionales de la cultura.
Todo lo que
hemos leído hasta el momento puede sonar fantástico e idealista, ya que nuestra
realidad, como lo mencioné en uno de los párrafos anteriores, es otra. Si bien
es cierto la globalización, la cultura y la interculturalidad conforman un gran
desafío para los medios, estos no están totalmente comprometidos con el rol que
representan en la sociedad y el gran poder influyente que generan estos en el
día a día de la población, puesto que la mayoría de ellos está ligado a poderes
políticos que velan por sus intereses, o están confabulados en contra de los
Gobiernos, se deslizan hacia la publicidad y en vez de cooperar en la búsqueda
de soluciones ante los diferentes problemas que aquejan a nuestro país se
ensañan en profundizar nuestras diferencias. De seguir esto así, poco a poco el sentido de los medios de estar
al servicio de la sociedad quedará nulo.
Es más ahora con “las nuevas tecnologías electrónicas se facilita el intercambio de las distintas disciplinas y escuelas de pensamiento, pero cada vez más restringen a la gran masa de individuos que no tiene acceso a estos medios. Los grandes capitales multinacionales controlan el desarrollo y la difusión de las expresiones artísticas y culturales. Estos selectos grupos determinan la producción y la distribución de la información;deciden quienes son merecedores de alimentar su espíritu e intelecto y quiénes no”. (Volpe, 2004) La tecnología es una herramienta de gran utilidad pero
lamentablemente no todos tienen acceso a ella, estamos en pro de la inclusión
sin embargo, las élites selectas son los que tienen la oportunidad de tener
este tipo de beneficios mientras que el pueblo queda aislado. Por otro lado
cuan diferente sería si cada uno pudiera ser libre de decidir que parte de
aquella gran masa heterogénea elegir sin restricciones, respetando de esta
manera la igualdad de condiciones.
“Mientras
más fuentes de información existen mayor es la capacidad de elección de los
ciudadanos” (Alcalá, 2013, p. 65). Con lo anterior mencionado nos aproximamos a
una definición que no está ajena a la realidad, estamos hablando de un
escenario donde la pluralidad informativa no es un requisito, sino una
consecuencia de entender que la diversidad de voces y puntos de vista es lo más
óptimo en una sociedad moderna. Los medios son complejos, es cierto, y con esta
nueva era existe el riesgo de una concentración cada vez mayor, ya que la
globalización en redes podrá permitir la multiplicidad de frecuencias pero esto
no garantiza diversidad. En países latinoamericanos la regulación es frágil,los Estados de por sí se han debilitado, y a ello se suma la gran inversión que se requiere para llegar a públicos masivos, lo que dificulta aún más contrarrestar esta concentración de poder mediático. Para que este tridente
funcione correctamente: libertad de expresión, democracia y medios de
comunicación, indudablemente hay mucho por hacer.
CONCLUSIÓN:
Por todo lo
expuesto, nosotros como comunicadores tenemos un gran reto en esta sociedad, ¿realmente
seremos valientes para asumir esta gran responsabilidad? , no seamos más del
montón, actuemos de una vez y que no solo quede en palabras, trabajemos
promoviendo la cultura, desarrollando la educación, reconociendo nuestra
identidad, defendiendo los derechos humanos, con igualdad, respeto, tolerancia,
pluralismo, cooperación, corresponsabilidad social y atención a la diversidad,
para contribuir con el desarrollo y la integración de nuestro país. Esta vez sí
seamos el cambio que queremos ver en el mundo. Lo que hace a un nuevo comunicador es
precisamente esa mezcla, difícil de obtener en una sola persona, el conocimiento
de los temas de desarrollo, la experiencia directa de trabajo en las
comunidades, la sensibilidad para abordar la interculturalidad, y el
conocimiento de los medios y la tecnología de la comunicación. Al equilibrar
todos esos elementos, el nuevo comunicador puede concebir e implementar
estrategias de comunicación para el cambio social.
VIDEO 1:
AUDIO:
REFERENCIAS:
-Volpe, F. (2004).
Comunicación y cultura en el siglo XXI o La era del acceso. Pensar
Iberoamérica: Revista de Cultura. Recuperado de: http://red.pucp.edu.pe/ridei/libros/comunicacion-y-cultura-en-el-siglo-xxi-o-la-era-del-acceso/
-UNESCO. (2002) .Declaración Universal sobre Diversidad Cultural. Una
visión, una plataforma conceptual, un semillero de ideas, un paradigma nuevo.
Recuperado de: http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001271/127162s.pdf
-De Fontcuberta, M. (2011). Introducción Interculturalidad: el gran
desafío de los medios. Recuperado de: http://www.cuadernos.info/index.php/CDI/article/viewFile/242/235
-Huamán, F. (2014).Debate sobre la concentración de
medios en el Perú. Recuperado de: http://congreso.pucp.edu.pe/alaic2014/wp-content/uploads/2013/11/vGT18-Huaman-Becerra.pdf
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